A mis hermanos...

A mis hermanos, que sé que siempre estarán ahí cuando los necesite, porque el simple hecho de saber que existen y ser mis hermanos, me da mucha alegría y orgullo, son gran parte de mí y los admiro. Luismi, hermanito, siempre voy a estar contigo bebé. Sammy, mi niño, vas creciendo con nosotros, te amo. Pipe, te admiro y te necesito. Gracias por creer en mí siempre, por hacerme la persona más feliz y privilegiada. Disfruté contigo los momentos más divertidos de toda mi vida. Hermanos, ustedes son mi fuerza, mi equilibrio, los amo con todo mi corazón, gracias por existir. Jose Luis, gracias porque cuando creí que no había nada más apareciste tú con un chiste. Gracias porque ya no quería soñar, llegaste tú con una nueva ilusión. Gracias porque me hiciste creer, otra vez, que existe el amor. Porque me hiciste temblar con el sonido de tu voz. Gracias porque en el peor momento me cargaste en tus brazos y confirmé que existe Dios. Gracias porque me mostraste que aún queda camino por andar. Gracias porque a pesar de las dificultades siempre estuviste a mi lado. Gracias por recordarme, que el miedo es capaz de matar, que el orgullo te puede traicionar. Gracias por compartir conmigo tu corazón. Gracias por ayudarme a construir lo que soy hoy. Esto es de las cosas que valen la pena en la vida. Gracias a ti porque sin importar la distancia y las situaciones complicadas que puedan o han sucedido siempre has estado al pie del cañón. Porque no sé que haría sin ti, yo creo que perdería la cabeza. Gracias por siempre preocuparte por mí hasta en el mismo infierno. Gracias por estos años. Gracias por todas las experiencias y por todo el aprendizaje. Mientras llega el momento de volver a estar todos juntos, esto y mucho más es para ti. Sigamos cumpliendo sueños juntos. Hermano, sabes cuánto te quiero, pero no cuánto te admiro. Odio que me conozcas tanto, gracias por aguantar mi tripolaridad. Siempre estarás en mi corazón. Gracias por dejarme ser parte de ti. Te quiero para siempre y que viva la diferencia, carajo. ¡Ipsofacto!