A mis padres...

¿Te imaginas que exista alguien que todos los días piense en ti? Que está ahí para despedirte cada vez que te vas y para recibirte cada vez que regresas. Si un día estás de malas y no le haces caso, al día siguiente regresa con la esperanza de recibir una sonrisa, y te entrega su corazón sin esperar nada a cambio, ¿te parece irreal? Pues todo esto existe y se llama ser “PADRES” y ellos me enseñaron lo más valioso en la vida, me enseñaron a amar, dar y entregar, Dios bendiga a mis papás. Gracias a ustedes por cada minuto entregado, por cada momento dedicado, por cada sonrisa auténtica, por su apoyo incondicional, por hacerme creer cada día, por llenarme de amor, porque cada palabra que me dicen me recuerda lo importante que es comunicarnos, y que mejor, que poder hacerlo con ustedes; que muchas veces estando tan lejos me hacen sentirlos tan cerca, gracias por todo lo que me dan porque sé que en todo este recorrido no he estado sola.